Una día para recordar.

Ayer fue un día raro, tenía que asistir a una reunión junto con mi amigo Oscar, al cual iba a pasar a buscar y cuando me disponía a salir sonó el teléfono avisándome que no podía acompañarme, bueno me dispuse ir solo, me dirigí a ella, en el camino me encontré una serie de trabajos por diversas calles de la capital que hacían dificultoso el transitar por ellas; resultado, el viaje se alargó más de veinte minutos de lo presupuestado, pero llegué a destino, al pasar los minutos llegó mi amigo Oscar con el cual pudimos terminar exitosamente la reunión.

Posteriormente, me dirigí a un cliente donde pretendía retirar un pen drive que se me había quedado el día anterior y con la esperanza de tener una reunión de trabajo con él, pero al llegar me dí cuenta que eso sería imposible y me retiré con el pen drive en mi bolsillo.

Ahí me dirigí a mi casa, pero antes debía pasar al Mall y entrar a la tienda Almacenes París a comprar un entrada para ver Motorhead, ahí me hicieron deambular por los tres pisos de la tienda para al final en el segundo, en atención a cliente, comprar la entrada, compré cancha y me fui a mi casa.

Ya eran las tres de la tarde , trabajé hasta las cinco y media, preocupado que no llegaba mi hijo menor, Diego, a quien debía acompañar en esta aventura de ver a unas de las bandas clásicas de metal, con su lider Lemmy Kilmister, al final Diego llegó un poco más tarde de lo presupuestado, pero justificando la situación con que había caminado desde el colegio al terminal de buses (unas 12 largas cuadras de la alameda) para no gastar la tarjeta ya que le quedaba poca carga ( ¿¿¿¿???? algo muy de mi hijo Diego), pero eso ya no importaba, no aprestamos a partir, veo que mi hijo se vistió para la ocasión, polera metalera, muñequera, camisa a cuadros azules, subimos al auto y nos dirigimos a Santiago, más certeramente al Victor Jara, allí encontré una gran cantidad de personas, todas vestidas uniformemente con pantalones negros ajutados, poleras del mismo color con dibujos de Motorhead o Metallica, chaquetas de cueros , la verdad es que no sé que hacía yo ahí, mire a mi hijo y bueno estaba compartiendo una de las pasiones de Diego, (yo lo considero un experto en lo que es el estudio de la evolución musical del rock) estabamos en una larga cola, para entrar y ahí comenzó el drama, Diego revisa sus bolsillos y ..... no tenía su entrada, regalo de cumpleaño de sus amigos Santiago y Pablo (parecen apóstoles) , la cara de pánico se apoderó de mi hijo, le pasé las llaves del auto para que corriera hacia él y revisara por si estaba ahí, salió como que lo persiguiera el diablo, a todo esto la cola avanzaba y Diego no volvía, hable con unos de los guardias para que me respetara el puesto mientras Diego retornaba, lo llamé a su celular y me contestó una voz que me indicaba suponer que estaba apagado (muy del Diego), en eso, él retornó sin la entrada y me dijo que había dejado el celular en casa, entonces tome mi entrada y le dije entra tú, el me miro asombrado, excitado me abrazó y me besó, girtadome GRACIAS, TE DEBO UNA, y se perdió en los portales de acceso.

En eso me llama mi señora preguntándome ¿que pasa ?, ya que se había percatado de mi llamada al celular de Diego, le cuento brevemente la situación y cortamos, a los minutos me vuelve a llamar y me dice Diego nunca se llevó la entrada, la dejó en casa (muy del Diego), y que mi hijo mayor me la iba a entregar. La gestión que hizo mi señora ante mi otro hijo no fue fácil , ya que él estaba preparando una prueba que lo va tener ocupado los dos días siguientes, grande los dos, mi señora, que tuvo que enfrentar la molestia e ira del emisario y mi hijo mayor que tuvo que interrumpir su estudio y acatar una orden directa de su madre, tomar un microbus que lo transportaría a Santiago y volverse inmediatamente (total más de una hora de viaje).

Una vez con la entrada en la mano, me dirigí al interior del Estadio Víctor Jara, extraño ambiente, todos el publico gritando 'Lemmy, Lemmy,,,,' un escenario vacío, solo con los instrumentos y muchos focos, traté de ubicar a mi hijo, pero me fue imposible, supuse que se había ubicado en el centro donde estaba todo pasando, y era imposible llegar ahí, se apagaron la luces y parecieron los tres 'bulliciosos' integrantes con Lemmy a la cabeza, la verdad son excelentes músicos, el sonido ahí no más, muy saturado, la voz no se entendía mucho, en todo caso el sonido es ensordecedor, lo que me gestionó un trauma acústico que aun perdura ya que siento un pito constante, que según dicen los entendidos me puede durar uno o dos días.

Al salir del recinto por un pasillo apretado, un tipo me empujaba constantemente, apurándome el paso, todo era grito, empujones y rudeza, todos eramos metaleros, me seguían empujando, a lo que por fin respondí con un codazo y milagrosamente se acabaron los empujones, en eso miro hacia mi izquierda y veo a Diego, transpirado, excitado, feliz, me saludó e inocentemente me dijo.... los guardias te dejaron entrar que bueno, ignorando todo la odisea que había echo pasar a toda la familia (muy de Diego).

En realidad fue un día raro.